jueves, 16 de diciembre de 2010

CREENCIAS PAGANAS



     Después de casi diez años de amistad y secretos con mi amiga, vengo ahora a enterarme de que está maldita.
Quiso la fatalidad que acudiera a ver a un familiar en sus últimos momentos y muriera estando con ella. 
Hoy cenamos en nuestro lugar de siempre. Aunque vamos a una hora que no es la nuestra y no está nuestra camarera preferida, pero no importa, el sitio nos gusta mucho. De lo poco que hay sigue siendo el lugar con más glamour en muchos metros a la redonda y el que mejor se adapta a nosotras. 
Yo a estos sobresaltos me voy acostumbrando, y aunque todo lo que me cuenta no le ha pasado seguido, he de reconocer que ha recorrido mucho. 
Ahora me lo suelta así "Cristina, estoy maldita" y después lo adorna con una carcajada. 
Me explica que en su tierra son creyentes de muchas creencias paganas, y una de ellas es que si cuando una persona muere tu estás con ella aspiras su último aire, y quedas maldita hasta que hagas el ritual de limpieza. Si deseas tener hijos no irán para adelante y si en ese mismo instante te acercas a un bebe enfermará irremediablemente. 
Yo cuando me explica todo eso si que echo a reír. Nunca he creído en nada que no vean mis ojos y mucho menos en creencias que son bulos yendo y viniendo de boca en boca.
"¿Avanzamos cuesta bajo creyendo en supercherías?"
"¿Dónde queda la tradición y dónde empieza la locura?
"¿A quien beneficia que la gente crea esas cosas?".
El gasto que tiene que hacer es mínimo, tan solo quemar laurel y ahumar toda la casa. 
"¿Son los fantasmas y las maldiciones tan sensibles en su olfato, que el simple hecho de oler a laurel ya los espanta?".
"¿Bastaría con decir que lo ha hecho aunque fuese mentira? ¿O realmente los fantasmas lo saben?"
Tal vez el no hacerlo de lugar a que el miedo inconscientemente se instale en tu vida, y el llevarlo a cabo te lleve a unirte a una conducta social que se remonta a la Edad Media. 
"¿No es más importante estar los últimos minutos con el ser querido, que pensar que te maldijo?".
He de decir que mi amiga es católica y creyente de Dios. Y siente un profundo respeto por todas las creencias de la gente. 
De todos es conocido que lo pagano viene asociado a dragones, sirenas y brujas. Y que lo católico viene cimentado por una realidad lograda por la razón y la fe. 
Y también es posible que estemos frente a un tema que haga distinción entre el estatus de las personas. Los ricos creían en la iglesia y la gente del campo en lo pagano.
Yo para estas cosas soy una incrédula consagrada. 
Hacemos una pausa para pedir y pensar un poco, pues es un tema que no deja indiferente.
Y ahora me pregunto "¿cual es la verdadera diferencia entre Dios y una sirena?. Yo no he visto a ninguno de los dos. Es posible que tengamos la necesidad inevitable de creer en algo.
Después de un rato de silencio y de no avistar preocupación ninguna en mi amiga, se presenta el camarero con unas fabulosas ensaladas. Tal vez mi amiga no debería leer tanto, porque va ahora y me suelta que en la antigua Edad Media se creía que la lechuga aliviaba el insomnio, pero que perjudicaba en la vitalidad y la vista. 
Claro, ahora entiendo porque llevo gafas para ver de lejos. 
Volvió a su casa a las dos semanas para pasar cuatro días. Para descansar y estar junto a su familia.
Sus vecinas son de lo más pintoresco. La del último es viuda y sale casi a diario por las noches. Le gusta ir de cena, tomarse un café, ir al teatro, al cine. Es una mujer de setenta años muy de ciudad. La de al lado de su puesta es divorciada. Tomó esa decisión cuando los hijos abandonaron el nido y ya no tenía la obligación de aguantar las tonterías de su marido. Un buen día le dijo que o se iba el o se iba ella. Y fue el, decidió ir a comprar tabaco y no volver. El resto del edificio lo ocupan un matrimonio de extranjeros y personas corrientes. 
No había pasado ni media hora de estar en su casa cuando sonó el timbre. Eran dos de sus vecinas, las que conocía de toda la vida. Y cual fue su sorpresa que la traían en una bolsita un buen ramo de laurel. Le dieron el pésame y allí se quedó plantada ella con su laurel.
Lo más cómico de todo es que no es solo gente mayor la que cree en estas cosa, sino gente joven y con estudios la que también secunda estas ideas. 
Y sigo preguntándome, "¿el ofrecimiento de sus vecinas fue por cariño o marcando un posible final de la amistad sino lo quemaba?".
La fumata que liará mi amiga en su piso hará que el olor recorra todos los espacios comunes de la finca terminando así con la preocupación de todos, en especial el de sus dos vecinas queridas.
"¿Y quien saca luego el olor de la casa, de las ropas, de los muebles?".
Eso me lo contó cuando volvió. 
Tuvieron que irse un par de días a dormir a casa de su hermana y dejar dicho tiempo las ventanas abiertas para que ese olor a laurel saliera. De las ropas se encargo la tintorería.
"¿Porque lo hizo?", ¿por amistad, porque en el fondo todo lo que traiga mal presagio no nos gusta, o porque puede haber algo de verdad en todo esto?".
Los seres humanos siempre querremos respuesta y explicaciones a lo sobrenatural y religioso. Y cuando la razón y la experiencia no resultan, mejor es aliarse con la fe.
Al fin y al cabo la fe es el don con el que todos nacemos y nunca perdemos, porque aún en lo últimos minutos que nos queden para exhalar el último aliento, pensaremos que vamos a un lugar mejor. 


*Este relato está hecho con todo mi cariño y respeto a la amiga que me lo contó y lo vivió. He añadido un poco de color a ese momento tan gris en su vida. Agradezco que me lo contara con tanto humor y sabiduría. Ella lo ha repasado y tengo toda su aprobación. Gracias.

1 comentario:

  1. Estamos como cabras... Pero tu amiga fijo que se sintió mejor después de la quemada del laurel ... Y las vecinas mas relajadas!! Quien sabe si de pronto nos veremos haciendo algo similar aunque sea por evitar!!!...

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