martes, 13 de noviembre de 2012

NO SIN MIS ZAPATILLAS.



Todavía me dura la sorpresa de lo que el otro día vi.
Ya sabemos que no tenemos que criticar a nadie, y que si lo hacemos ha de ser en la intimidad de nuestra casa, pero seamos francos eso no lo hace nadie.
La perfección no existe y no voy a ser yo la primera que la inaugure.
Además el otro día oí en la radio que decían que el infierno existe y que es eterno. Y que el purgatorio está dentro de nosotros mismos. Y vale ahí es dónde vamos a ir todos los que como yo piensan y critican lo de otros, pero ya está es como todo, tiene que haber gente en todos los sitios. Y si realmente chismorrear de otros es un pecado seguro que nos encontramos muchos ahí abajo. En cuanto a lo del purgatorio que va dentro de nosotros mismos, realmente yo no pienso flagelarme ni por esto ni por nada.
Y yo pienso que lo malo también tiene que tener su punto bueno. Ya sabemos que criticar esta mal pero todos en algún momento lo hacemos. Unas veces de pensamiento y otras de boca.
Unas veces sirve para derribar y otras alegamos que son críticas constructivas. Pero en el fondo son críticas, que nos sirven o bien para entrar en conversación o porque no, para criticar a modo de chisme.
Pero bueno a lo que voy que me salgo del guión y si encima de que tengo la inspiración de baja por depresión me salgo del tema del que empecé entonces vamos apañadas.
Siempre digo que nada nos debería sorprender, pero yo aún todavía sigo abriendo la boca ante algunas cosas. Hoy la cosa va de trapitos, o mejor dicho de "zapatillas de estar por casa".
Anteriormente en uno de mis relatos comenté que dónde yo vivo la cosa es algo complicada a la hora de dar la bienvenida al glamour.
Que si, que ya lo se que no estamos en la ciudad, y que cada uno viste como le da la gana, pero yo es que con algunas cosas no puedo.
Y ahora sin más le ha dado a la gente por andar por la calle con zapatillas de estar por casa.
¿Pero que está pasando? ¿En que estación me bajé, que no se por dónde va el trayecto de las modas?
Porque no creo que todo el mundo sea una hortera, tiene que ser que siguen alguna tendencia.
Si ya lo se, que quiero si vivo en un pueblo pueblisimo, pero.....tenemos puestos de periódicos con revistas de moda, tenemos peluquerías (por cierto un montón), centros de estética y tiendas. ¿Dónde va la gente de mi pueblo a comprar la ropa?
Sin ir más lejos hace unos días discutía en el trabajo del porque yo no tengo chandal. La explicación rápida es que no me gusta y no quiero tenerlo, la moderada entre compañeros es que no me veo con esa prenda y la que tuve que dar ante un acoso de adjetivos que iban desde la comodidad hasta lo práctico fue que es una prenda horrible. Pero como siempre quieren pillarte estaba aquello del deporte, que va también para  la salud, salir a caminar y bla, bla, bla Y la verdad que debería hacerlo pero fui más lejos y cruel y conteste con una frase de esas que suenan algo pedante, "que la genética me acompaña". Y para disgusto de muchas es así. No hago dietas, no hago deporte y sigo cabiendo a mis 42 años en una treinta y ocho. Me niego a que me echen una edad que no es la mía por ir en chandal y rulos. Y bueno las zapatillas de casa ya es algo con lo que no transijo.
Iba yo tan campante conduciendo cuando de repente el coche de delante de mi se paró y se bajó la conductora porque se le había caído la matricula. La verdad que yo creo que ella con eso no contaba. Porque mi asombro vino cuando puso el pie en tierra y aparecieron las zapatillas de estar por casa, con esa felpa calentita que llevan y que estas de lo más pipiola. Y era mi vecina, que encima presume de ser de lo más chic. A la con sus babuchas dio la vuelta al coche miró y remiró y tras apartarse a un lado, bajo la cuesta hasta llegar a la matricula que había en la carretera tirada. Yo también aparté el coche y me quede petrificada mirándola por el retrovisor.
Yo no me bajo del coche así ni aunque pinche. Bueno no se me ocurre ni salir así para empezar.
Así que cuando me dicen que me conservo bien contesto que NO, no es conservación es cordura.
Yo no salgo a tirar la basura en bata ni en pijama, no bajo a la calle en rulos, no paseo en zapatillas y en cuanto al chandal he de buscar un sustituto como lo tienen todas las cosas para encontrar comodidad que ligue con deporte.
Si el sexo encontró su sustituto en el chocolate, estoy segura que yo encontraré la prenda para hacer deporte que no sea un horribilus pantalón de algodón ancho por doquier que me haga lo que no soy.
¡¡¡Huy!!! espero que mi vecina no lea el relato, porque no le va a gustar, lo mismo la dar por aporrear mi puerta con una de sus babuchas de felpa para pedirme explicaciones