Después del café. (Que por cierto creo que media España tiene estas tazas, yo las conseguí en una colección que hacía el periódico El País)
Cogí mi agenda, mis papeles y con el optimismo que me caracteriza me fui a informarme para poner un negocio y ser mi propia jefe. (No es broma)
La verdad que la realidad que me esperaba era muy distinta de lo que yo imaginaba, pero allí que fui. Y la primera parada fue en el lugar que todos los españoles visitamos al menos una vez al año, y que hagas lo que hagas siempre tienes que pasar a informarte por allí.
Entré decidida a sacar a nuestra España de la crisis.
De allí me mandaron a la Seguridad Social.
Allí fueron un poco más esperanzadores alentándome sobre ayudas de pago de autónomo para mayores de 30 años emprendedores. Hasta el momento todo parecía perfecto.
Incluso empecé a imaginarme entrando en mi negocio por las mañanas, colocando, decorando, atendiendo y siendo mi propia jefa. (Que por cierto no sería un camino de rosas, pero bueno eso no era importante en esos momentos) Con el tiempo cogería una ayudante, iría al INEM por supuesto para beneficiarme de las ayudas por sacar un desempleado de la lista de los cinco millones y pico y con los años mi negocio sería prospero tendría más contratados y tal vez podría permitirme ausentarme alguna vez para tomarme unas vacaciones y no estar los 365 días del año al pie del cañón.
Aunque por España.....si hay que hacerlo se hace
Yo estaba concentrada en los pagos de solo el 80% los seis primeros meses y el 50% a partir del séptimo mes y no estaba prestando atención al otro lado de mi cerebro que me estaba dando pequeños toques de realidad en la corteza cerebral produciéndome un molesto dolor de cabeza.
Y de ahí me fui a Hacienda. Casi estaba a un paso, segura de que podría con el siguiente edificio tan temido para muchos.
Esperé mi más de media hora para hablar con Mónica que me podría poner un poco al día sobre lo que tenía que rellenar y hacer.
Y allí estaba ella tan simpática y la mujer que hundirá mi sueño y la oportunidad de que España saliese a flote.
Me inyectó la dosis de realidad sutilmente junto con la repetida frase de "LA LEY DICE......."
Y entre modelo 330 a rellenar, modelo 120 a rellenar, facturación y declaración de IVA trimestral, pagos, ingresos, gastos y libros para llevar la contabilidad........
¡¡¡¡¡¡¡Ay señor dame fuerzas!!!!!!!!! fue así como quedé a las puertas de mi sueño. A parte de que de la mitad de las cosas entendí la mitad, me di cuenta que necesitaba gastarme el dinero en una gestoría.
Después no había caído en la cuenta de que como no soy de origen chino pagaré mis impuestos y transacciones de apertura desde el primer día,(no como ellos que los 5 primeros años están exentos de ello). Como no soy de origen musulmán y no llevo un pañuelo en la cabeza, vaya dónde vaya a pedir ayudas para maduros emprendedores no me harán ni puñetero caso. Y seguí cavilando,(mientras la otra parte del cerebro aquella que no me martilleaba escuchaba en la lejanía sobre otro modelo a rellenar creo que era esta vez el 220) que si en algún momento se me ocurría omitir declarar algún modelo de los rellenados me vería en serios problemas y tal vez imputada por desfalco a la hacienda que somos todos y no me salvaría el declarar en mi defensa que lo hice por amor como la realeza de mi España querida ha hecho.
Así pues como no soy ni china, ni mora, ni infanta que solo soy española salí con la firme seguridad de que España no me necesita.
Hoy estoy deprimida y frustrada a la vez que decepcionada por darme cuenta de una manera tal cruel que el estado no requiere mis servicios para contribuir al bienestar de nuestra economía.
Lamento mucho si mi relato hiere la sensibilidad de alguien.
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