Uno de esos blogs de los que no te cansas de leer. Al menos yo.
Me hubiera gustado que tuviese más, pero me conformo con que su autor siga escribiendo. Pincha aquí para verlo.
Y uno de los post que más me hizo pensar fue el de "Las golosinas que me quedan..."
Lo que más me llamó la atención de lo escrito fue la reflexión y explicación sobre el tiempo y las cosas que nos quedan por hacer cuando llegamos a una edad.
Me gustó como enfocó las cosas que nos quedan en una bolsa de golosinas..
Aunque soy de las personas que prefiero no pensar en el tiempo que puede quedar, también soy de las que hago todo lo posible por disfrutar a tope del sabor de cada golosina que me meto en la boca.
Siempre fui de las que cuando me comía un caramelo nunca lo masticaba. Esperaba a que se hiciera una lámina fina para que de manera natural desapareciera. Eso mismo hago con las golosinas de mi vida.
Y en lo que leí llevaba razón, hay cosas que pasan a un segundo plano porque o ya no son importantes o nosotros no las tenemos como tal. Y hay otras en las que no habíamos caído que si que lo son.
Pero bueno esta semana también tengo que decir que el pesimismo se ha instalado en mi casa. Ha llegado sin invitación y ha dicho que se quedaba.
Y encima ha traido maleta, madre mía no se cuanto va a durar ni como echarlo.
Y ahora en mitad de la semana me pregunto si en mi bolsa de golosinas quedan las de más sabor o las de menos. Las ácidas o las dulces.....
Ufffff mi invitado esta haciendo estragos. Si no se va antes de que acabe la semana lo echo yo. :)
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