domingo, 8 de febrero de 2015

ME LO AGRADEZCO A MI MISMA





La otra noche a raíz de la gala de los Goya me puse a pensar porque en este tipo de eventos todo el mundo acaba llorando en el escenario al recoger el premio.

Sí, todos de alguna manera acaban llorando, dando las gracias a su familia, agradeciendo que estén a su lado pero llorando o con la voz al borde del quiebro. Yo la verdad para sincerarme no lo entiendo. 
 Ni que hubiesen estado en un hospital de campaña con eso de agradecer que esten a su lado. Y llorar ¿por qué?
Puedo entender que los nervios estén a flor de piel pero realmente en este caso es un premio a tu trabajo. Una vez que lo has conseguido no has de llorar. 
Yo lloraría sino me lo dieran. 
Así pues lo tengo claro, si algún día me dan un premio lo que no arruinará mi discurso será un lloro. Eso lo tengo clarísimo.

Luego están los agradecimientos otro de lo mismo. 
La familia está bien, está feliz. Nuestros padres siempre lo daran todo por nosotros con o sin premio. Yo los agradecimientos los dejo para los compañeros. Esos que también han ayudado a que llegues hasta ahí. Y si no ha habido compañeros pues el agradedcimiento es para uno mismo. 
Yo es otra cosa que tengo claro cuando tenga que agradecer algún premio será a compañeros de camino o a mi misma. Además pensándolo bien cuando agradeces a los seres queridos son ellos los que motivan esas lágrimas que no deben de salir. 

Y bueno luego están las dedicatorias. Ahí si que la familia juega un papel importante y es bueno que se lo dediques. Pero no más, una dedicatoria está bien. Siempre suelen ser sinceras y emotivas y menos mal que son al final justo cuando te vienen esas terribles ganas de llorar. En ese momento se acaba el minuto que te dan para decir todo lo que tengas que hablar. 

Resumiendo cuando vas a una gala a recoger un premio siempre has de pensar que el premio es tuyo y sólo tuyo. Que personas ánonimas que nunca saldrán están detras de ese premio y de recordar a alguien debe ser a ellas. 
Llorar es mejor dejalo para después, gastas de ese reducido tiempo que tienes para hablar en emocionarte y en volver a serenarte. No creas que los aplausos que te dan son porque lloras, simplemente son para que te acuerdes que estás delante de un escenario con un montón de gente mirándote.
Y el agradecimiento ha de ser único o minimamente general. Nadie se cree esos agradecimientos que van a primos, a la vecina de enfrente, a la del supermercado de toda la vida que te guardaba el pan......., el árbol genealógico dejalo para otra ocasión. Piensa en quien más quieres y sueltalo. 


Así pues después de ver este tipo de galas y ver tanto lloro y tanto discurso y tantos agradecimientos y tanto y tanto tengo claro que me lo agradeceré a mi misma. Por mi trabajo por mi esfuerzo. Y la dedicación ya la pensaré. 

No creais que lo que digo es narcisismo, es realismo. Uno es el primero que se quiere lo que pasa que en esos momentos la humildad aparece ese día, en el lugar al lado tuyo y te obliga a dedicar y agradecer sin pensar. 
¿Os imaginais salir y que alguien de repente diga, " gracias (una pausa de unas milesimas de segundo) es un premio esperado, (todo esto de manera serena, mirando al público) y quiero agradecermelo a mi misma por todo mi trabajo y esfuerzo. Sin ayuda de algunos de mis compañeros quizá no hubiese sido posible. Y luego se lo dedicas por ejemplo a tu hijo o hijos.  

Y os puedo asegurar que la gente quedará con la boca abierta. Pero será muy pero que muy sincero


Hoy fue uno de esos días en los que me levanté irónica. Pensando que mala pasada nos juegan las emociones.

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