Hoy es un día de despedidas.
Para mi hay distintos tipos de despedida.
Están las dulces; te despides pero sabiendo que volveras a verte.
Están las tristes; te despides pero no sabes cuando podreis volver a veros.
Están las amargas; te despides pero pasará mucho tiempo hasta que volvais a estar juntos.
Y están las que te arrancan el corazón de la pena; que es cuando te despides y sabes que NUNCA volvereis a veros.
Hoy mi amiga se siente así, con el corazón desgarrado. Sin entender porque.
Pasar por el amargo hecho de tener que despedirte de alguien porque ya no volveras a verle nunca.
Hoy en Mallorca hace un día precioso. Es de esos días soleados y tranquilos. Cuando la isla se queda libre de turistas y en la rutas de caminos te fijas en el sol, en los árboles y sientes una gran paz con tanto bello paisaje.
Sus playas quedan desiertas y te apetece remangarte los pantalones y mojarte los pies y sentir el agua ya algo fría.
Pero a parte de ser un día precioso, también es un día de despedidas.
Dicen que el ser humano trae de serie la lucha por la supervivencia. Pero esa lucha tiene unos límites. A veces se marcan los limites por el tiempo y otras veces por el desgaste físico y emocional que conlleva la lucha.
Mi gran duda es si cuando nos despedimos de este mundo es para dejar de luchar o si nos vamos a otro dónde no tengamos que volver a empezar esa lucha.
Seguramente que así sea. Iremos a otro sitio dónde la paz se apodere de nuestro ser.
Y así lo ha decidido Giorgio después de tanto años de lucha y de tantas enfermedades. Hoy era el día de interrumpir su tratamiento para irse con la dignidad de poder elegir como vivir sus últimos días o quizás sus últimas horas.
No puedo extenderme mucho en el homenaje porque casi no veo por las lágrimas lo que escribo. Le conocia pero no tan estrechamente como mi amiga.
El solo hecho de tomar la decisión de no seguir ha hecho posible tomar las riendas de sus ultimos días de vida. Poder decidir por el mismo sin que nadie, ni médicos decidan más por él.
Allí en la entrada de su casa miraba su precioso paísaje y admiraba lo que a veces muchos no vemos. Luego iría a ver el mar y por la tarde empezaria su nuevo camino.
El "nos veremos al otro lado" es lo que me ha hecho volver a preguntarme, "¿cual es el otro lado?"
Espero que tu viaje sea placentero y como tu dices nos volveremos a ver.
Para Giorgio con todo mi aprecio.
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